Thomas Kraft |
Las exigencias, la presión y la alargado sombra de los predecesores son auténticas trituradoras de porteros; jóvenes o viejos. El día que Johan Cruyff decidió echar a Zubizarreta, allá por el mayo de 1994, se abrió una sucesión que no se cerró hasta el mayo del año 2006, con la recordada final del Valdés en París que dio la segunda Champions al Barça, cerrando el debate. Sin embargo antes lucharon por ser los herederos porteros tan distintos como Busquets, Lopetegui, Angoy, Vitor Baia, Ruud Hesp, Francesc Arnau, Richard Dutruel, Tito Bonano, Pepe Reina y Rustu Reçber. Creo no dejarme ninguno. A los que les sobraba calidad (Baia, Reina, Rustu, Lopetegui) les pudo la presión. El resto, simplemente no tenían nivel Barça. Con una excepción; Ruud Hesp, que pese a llegar con pasados treinta años jugó dos temporadas a un nivel estratosférico. Fue una pena descubrirle tan tarde.
En Madrid pasó algo parecido. Capello decidió cargarse a Buyo por bajito y se abrió la veda. Bodo Illgner, Santi Cañizares, Albano Bizzarri, César Sánchez y finalmente Iker Casillas. La lista no es tan larga como la del Barcelona, pero ninguno tuvo la continuidad hasta el asentamiento de Iker Casillas que tuvo la calidad y la prensa de su lado para hacerse con la portería del Madrid y de España con todo merecimiento. En Manchester más de lo mismo; se fue Schmeichel y pasaron Raymond Van der Gouw, el australiano Mark Bosnich, Fabien Barthez, Carroll, Ricardo... hasta qeu llegó otro mito como Van der Saar para cerrar el debate. ¿Que pasará cuando se vaya el holandés este verano?
Manuel Neuer |
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