domingo, 29 de abril de 2012

Cambiarlo todo para que no cambie nada

Finalmente se confirmó, la noticia que ningún aficionado al fútbol quería escuchar. Pep Guardiola cuelga la carpeta, temporalmente, porqué está agotado. Esa declaración, que por si sola sería ya noticia, corría el riesgo de dejar una incógnita aún más grande: La sucesión. En todos los sitios a la pérdida de un entrenador tan carismático e importante como Guardiola le acaba siguiendo un periodo complicado. Las odiosas comparaciones que recibiría su sucesor acabarían convirtiéndose en un fantasma capaz de hacer enloquecer al más cuerdo de los técnicos. 

El Barça quiso atajar ese problema de raíz e hizo bueno aquel dicho tan antiguo de "A rey muerto, rey puesto" y pocos minutos después de despedir a Guardiola dio un golpe de efecto y entregó el cetro de mando a su segundo, Tito Vilanova. La argumentación fue fácil... El segundo de Pep es quien mejor conoce el proyecto y quien más puede hacer para seguir la línea marcada por el 4 en el último lustro.

La primera frase que me vino a la cabeza fue... Cambian todo para que todo siga igual. Y me explico. Si existe una antítesis a Pep Guardiola ese es su mano derecha. Francesc Vilanova Bayo contrasta con su primero en muchas cosas. Para empezar, el vestir. Tito usa el chándal y Pep el traje. Es muy posible que acabe utilizando los trajes siendo el primer entrenador, pero ya es una diferencia que marca el perfil de ambos.

Tito, el hombre en la sombra, ha jugado toda su vida en categorías menores. Hijo de la eterna factoría de medio centro de la Masia, Vilanova no es un técnico superdotado como Pep. Ocupaban posiciones parecidas pero lo hacían de maneras bastante diferentes. Delante de la prensa, nadie habla con Guardiola y las intervenciones de Tito (cuando Pep estuvo de baja por la hernia discal) solían ser prácticas, pragmáticas sin demasiadas estridencias. 

Sin embargo eso no quiere decir que el nuevo entrenador del Barça no sea un hombre de carácter. Lo demostró tras el lastimoso incidente con Mourinho. Tras recibir ese simulacro de agresión del portugués, Vilanova reaccionó soltando una colleja al que ahora será su homólogo madridista. Aquí también se diferencia de Pep. Nadie se imagina a Guardiola reaccionando así, ni habiendo sido agredido. 

Para ir cerrando, el vestuario del Barça ha demostrado estar algo viciado y necesitar una pequeña remodelación. Guardiola ya afrontó una de muy dura (sacar a Ronaldinho, Deco, Eto'o e Ibrahimovich no es tarea fácil), y quizá para los cambios que tienen que llevar al equipo a seguir en la cresta de la ola no estaba preparado. Vilanova, siempre en el segundo plano, conoce los vicios de un vestuario que ha observado desde la trastienda y que debe demostrar poder manejar desde ya. 

Cambiar las piezas necesarias para que todo siga igual. Un nuevo liderazgo para seguir ganando.

O como reza el título de este artículo "Cambiarlo todo para que no cambie nada".

martes, 24 de abril de 2012

Los títulos se ganan en mayo, se pierden en junio

Fin del partido, empate a 2. Por primera vez en la era Guardiola se acumulan tres derrotas consecutivas y será la primera temporada en la que el Barça de Pep no levanta como mínimo una de las dos competiciones grandes. Hay que ser sinceros y los tres títulos que lleva más luchar para ganar la Copa del Rey es un premio menor, como antaño dijimos cuando lo hizo el Madrid. Sin embargo, todas las claves del fracaso de esta temporada no hay que buscarlos en los motivos puramente futbolísticos. Pero primero hablemos de fútbol:

Las Claves de Mayo:

- La teoría del embudo: Guardiola es el mejor entrenador del mundo, de eso no tengo ninguna duda y para justificarlo solo hay que leer el post anterior a este. Dicho esto, hoy volvió a fallar en los cambios. La decisión de quitar a un Cuenca que estaba siendo el mejor del partido por Tello fue un error. Cristian no tiene desborde en parado y ante la defensa del Chelsea no había espacios. El equipo empezó a desangrarse a partir de ese cambio. Además, le puso a pierna cambiada y Tello no tiene los recursos para jugar así. Las piernas no valen para jugar en el Barça, hace falta algo más. 

- Alves y los espacios: Dani Alves pasa de ser el mejor lateral derecho del mundo a ser uno de los extremos más limitados del planeta. Hace tres días hizo internacional a Fabio Coentrao, que estaba jugando una temporada pésima. La fuerza de Dani Alves llega de la sorpresa, del llegar antes que estar. En parado, como Tello, carece de recursos en el desborde y en el centro. El embudo lo cerraron entre Alves y Tello, los mismos causantes de idéntica circunstancia ante el Real Madrid.

- Los defensas son para algo: Javier Mascherano es uno de los mejores jugadores en su puesto. Un lince a la hora de tirarse al suelo a recuperar balones, un maestro en el corte del balón. Sin embargo y en contra de lo que se vende es un central limitado en la defensa con tantos espacios. Hoy, una salida suya en el achique de espacios, sin la presión al hombre del balón, generó que Lampard tuviera todo el tiempo del mundo para asistir a Ramires, que entraba en carrera. Cuando el central sale a la presión del medio centro hay que cortar el balón o hacer falta, no flotar a la espera de la ayuda. Ramos, Puyol, Piqué y compañía dominan ese arte, Javier Mascherano no, por eso no es un central.

- Messi llega fundido. Leo es el mejor del mundo y como tal hay que mimarlo tanto como se pueda. Dicho esto hay que poner límites al campo. Si eres malo tirando penaltis (ha fallado 3 de 13) no pasa nada, hay que ceder el puesto de pateador a otro. Eso no es esconderse, al contrario, es el ejercicio más grande de humildad. Reconocer que algo no lo sabes hacer y dejarlo a un compañero que lo haga mejor. Algo así hizo Keita antes de la final de Roma, al pedir a Guardiola que no le situara de lateral zurdo porqué no daría la talla necesaria para el equipo.

Sin embargo, todo lo expuesto hasta aquí son datos conyunturales, decisiones puntuales o reacciones que pueden modificarse. Pero, para mi, las auténticas causas de la caída en este final de temporada hay que buscarlas más allá, en el pasado mes de junio\julio.

Las Claves del Verano

- Una plantilla descompensada: El Barça no tiene una plantilla como para ser campeón de Europa. Contaba con solo dos auténticos centrales de nivel (Piqué-Puyol). Fontàs nunca ha contado realmente y Abidal era un recurso que dejaba huérfano el lateral izquierdo. La solución de Mascherano ha lastrado toda la temporada las rotaciones eventuales en el centro del campo pues, junto con Busquets, es el único jugador de corte defensivo de un centro del campo excelso en tocadores. La venta de Maxwell, que tampoco era nivel Barça, no hizo sino lastrar una defensa ya muy mermada que quedó tocada de muerte ante la baja de Abidal. Dos centrales y tres laterales izquierdos con un único lateral derecho es un planteamiento, para afrontar una temporada con 6 competiciones, pésimo.

- Delanteros para que os quiero: Un equipo que juega con tres atacantes debería contar, como mínimo con seis. El Barça empezó la temporada con cuatro y medio, contando que Afellay no llegó como delantero puro. Las lesiones continuas de Pedro, Villa y Alexis obligaron a tirar antes de la cuenta de Cuenca primero y Tello después. Sin embargo fue una falta de reacción de la secretaria técnica no traer un nuevo jugador para dar aire al equipo y, teniendo en cuenta, que Messi pese a ser un superhombre necesita descansar. Tal vez un recambio de auténtico nivel hubiera permitido descansar a Leo, no precipitar las reapariciones de Alexis y Pedro con constantes recaídas que han impedido que lleguen a tener continuidad.

- El plan B: El Barça de Guardiola nace jugando con tres delanteros puros. Eto'o, Henry y Messi, con las apariciones estelares de Pedro. Ahora mismo, el equipo cuenta con Messi, Alexis y Villa, que parten como titulares pero no hay que esconder que estos jugadores no ofrecen un plan B. Henry recibía al espacio y al pie, tenia cuerpo para aguantar el balón si se requería además de ser un seguro en los penaltis cuando tiró alguno. Eto'o es de sobra conocido.

- Las pretemporadas: No hay duda de la importancia de llenar el deposito antes de una temporada muy dura. No hay que olvidar que la otra vez que el Barça optó a las 6 copas en la misma temporada cayó en enero en Copa del Rey ante el Sevilla y dobló la rodilla en semi finales ante el Inter. Levantó la liga con una puntuación récord. Esta temporada, salvando la diferencia de la importancia entre la Copa, que puede ganarse y la Liga, el conjunto ha jugado más partidos que nunca. Pero los jugadores están fundidos. Los errores en la definición son fruto de no llegar frescos a la zona de definición. De la misma forma, la falta de fuerza obliga que la presión se resienta. 

La planificación de la temporada acaba siendo un hecho capital en el asalto a la historia. Esta vez, el equipo no daba para ser eterno. Hace falta más y mejores jugadores. La cantera es un orgullo para cualquier culé pero hay que tener claro que todo lo que sale de la cantera merece tener nivel del primer equipo.

Ahora toca cruzar los dedos y que Pep renueve. Tener al mejor entrenador y al mejor jugador del mundo bien merece seguir soñando.

lunes, 23 de abril de 2012

Ser entrenador es mucho más que entrenar

En las guerras, los generales eran los encargados de librarlas por orden de sus presidentes, reyes o gobernantes. Trasladado al deporte esa figura la ejemplifica el entrenador. Aquella persona que dirige a sus tropas con el fin de lograr victorias de prestigio que acaben honrando la historia de su club. 

Todo el mundo concurre que para ganar una guerra se necesita mucho más que tener al mejor estratega o al mejor de los soldados. Hace falta algo más, el punto emocional capaz de dar la vuelta a la situación más surrealista y girarla en beneficio propio. Eso es lo que hacía diferentes a los generales clásicos y es lo que ahora mismo sucede con los buenos y malos entrenadores.

La globalidad a la que ahora se sumerge el fútbol, con ruedas de prensa constantes, cámaras en todas partes e incluso lectores de labios, nos lleva a determinar que al final, lo que sucede en el campo, pese a ser lo más importante del juego y lo más decisivo viene altamente condicionado por todo aquello que, Johan Cruyff, denominó el entorno. 

La rueda de prensa de Guardiola, previa a la semifinal de Champions League del año pasado fue un ejemplo de ello. Las palabras del entrenador sirvieron para dar la vuelta a la confianza de un equipo que podía empezar a dudar. Este año sucede algo parecido. Una nueva rueda de prensa pretende levantar el ánimo de las tropas tras la primera derrota seria en el último año. 

Sin embargo, la tarea emocional no acaba solo en el proceso de levantar a la tropas. Va más allá. En la derrota, es imprescindible hacer autocrítica y reconocer cuando te han superado. Este gesto de auténtica humildad sirve para que los jugadores se unan más a quien siempre les defiende a capa y espada. El feedback que produce entre técnico y el resto del equipo el saber perder es, inlcuso, superior al de los triunfos.

Estos detalles son los que acaban llevándome a la conclusión que ser entrenador es mucho más que entrenar. La tarea del míster no acaba cuando el utillero recoge los balones del campo de entrenamiento, va más allá del reparto de petos entre titulares y suplentes, sobrepasa el poner once nombres en liza y no concluye en las declaraciones post partido. El gran entrenador, como el gran general, ejemplifica los valores que quiere transmitir a su equipo con su actitud, convirtiéndose en el reflejo del espejo que quiere ver en sus jugadores. Porqué en la sociedad global en la que vivimos, los partidos de fútbol empiezan a ganarse mucho antes de que el balón empiece a rodar.

Guardiola, pese a los errores que pueda cometer en alguna de las facetas, sigue siendo el mejor entre los mejores. Domina el tempo, los registros y ejemplifica lo que quiere que sea su equipo. Una derrota no acaba con el trabajo de cuatro años, al contrario, le humaniza y da muestra de lo que realmente es su equipo, gane o pierda. Mañana veremos como el equipo ha digerido la impecable gestión de la derrota ante el Madrid, pues la oportunidad de levantar cinco copas en un mismo curso bien merecen una reacción de campeón.