miércoles, 27 de abril de 2011

Fútbol subterráneo 0 - Fútbol de salón 2 (Media parte)

Cuando juegas a un deporte en el que el objetivo es ganar, con la intención de no perder, corres el riesgo a que cualquier situación se te vuelva en contra. La roja de Pepe, para mi, es indiscutible; igual que la que debería haber visto Adebayor o la amarilla perdonada a Ramos en el primer minuto de partido. Situaciones y reacciones que Mourinho desde la banda no puede controlar, ni pretender que se le aguante en el partido que él tiene en la cabeza, pues el fútbol lo juegan humanos con sus cruzadas de cables correspondientes y no piezas de un tablero de ajedrez.

Dicho esto, me gustaría hablar de las artimañas de ciertos jugadores de ambos equipos, aunque de mayoría blanca. Empiezo por el teatro excesivo que emplean habitualmente Busquets y Alves, al que hoy se ha sumado Pedro; no puedo dejar de desear que a Milito y Pinto les caiga más de un partido de sanción pues algo que está viendo todo el mundo no puedes dar una imagen tan barriobajera. Sin embargo, no me quiero olvidar de Marcelo, ese gran desconocido que deja un pisotón/puñetazo por partido; hoy, sobre Pedro, tampoco ha sido una excepción. Kepler Laveran Lima Ferreira, Pepe I el guarro, ha visto el fin de su reinado del terror en la zona ancha en su partido menos sucio más no es perdonable la entrada que hace, a lesionar a un rival, un compañero de profesión. Lo de Adebayor es otra historia, se le llama impotencia.

FÚTBOL

Analizado esto, por fin puedo empezar a hablar de fútbol. Se comparaba hoy la baja de Carvalho a la de Iniesta, y perdónenme pero eso es poco menos que un sacrilegio. Estamos hablando del hombre que le dio a España un Mundial y tercer mejor jugador del Mundo. Carvalho es un gran central pero probablemente no está entre los tres mejores del planeta en su posición.

EUROPA NO ES ESPAÑA


Mourinho, por mucho que se queje, lo sabe de sobras. De ahí que sus jugadores prácticamente no hayan protestado si cogemos como comparativa el partido de la final de Copa. El Madrid jugaba 20 metros más atrás, dando mucho más campo al Barça y buscando, de manera descarada las contras. Tanto, que han sacado de quicio a su propia estrella, Cristiano Ronaldo, que se quejó de la falta de ambición de sus compañeros. Un primer tiempo de tanteo. Mucho toque, pocas ocasiones.

JUGADAS QUE CAMBIAN PARTIDOS


¿Alguien me explica a que viene el plantillazo de Pepe cuando Alves despeja un balón en su propio terreno de juego? Sin lugar a dudas esa es la primera reflexión que deberían hacer desde el Madrid, pues sin plantillazo no hay polémica. A partir de ahí, el reinado de terror en zona de tres cuartos acabó y Messi campó a sus anchas, el Barça volvió a carburar como a finales del primer tiempo y el Madrid siguió, ahora con motivo, parapetado al borde de su área, y como dice JJ Santos "de eso no tiene la culpa el árbitro".

EXPLOTANDO TUS VIRTUDES


Reconozco que no me gusta Afellay, no entendí su fichaje y fui de los que pedía minutos para Thiago en lugar de para el holandés. Ahora no me retractaré de todas las críticas que he vertido sobre Afellay, pues sigo pensando que no tiene nivel Barça y que le falta velocidad en el toque de balón. Sin embargo, tiene una gran velocidad y un uno contra uno que ha mostrado en cuentagotas. Hoy, en el momento más importante, se jugó un balón ante un lateral en plena forma como Marcelo, lo dejó clavado y sirvió el 0-1. Si es para eso, bienvenido seas Afellay.

SIMPLEMENTE, EL MEJOR


Messi marcó el gol en bandeja, pero Leo siempre quiere más. Jugada marca de la casa, entrando por el centro, pues ni Alonso ni Lass cubrieron el hueco dejado por Pepe y Mourinho no movió el banco quitando, por ejemplo, a Di María, para dar entrada a un nuevo centrocampista que recompusiera el equipo y el trivote que tan buenos resultados le dio. Messi se vistió de tresquartista, para acabar definiendo como un 9. 0-2.

MÁS FÚTBOL


El partido se lo llevó el único equipo que lo intentó ganar. A diferencia de la Copa, el Madrid hoy si firmaba un 0-0, jugó con fuego y se quemó. Cuando se habla de fútbol defensivo yo quiero recordar siempre, llamádme romántico, que el fútbol se inventó para marcar goles, no en vano se jugaba con 5 delanteros. Sin embargo, como dice Mou, existe un tercer tipo de entrenadores, los que cambian los conceptos del juego. Se dice que el fútbol es un deporte de 22 personas en pantalón corto persiguiendo un balón, pero Guardiola ha logrado que sea un deporte en el que 11 jugadores hacen correr un balón para marcar goles mientras que los otros 11 se lo intentan quitar. 70 y pico de media de posesión. Lo decía Vujadin Boskov, fútbol es fútbol!

martes, 26 de abril de 2011

Acción reacción

Cuando estudias física siempre te dicen que cada acción lleva asociada consigo una reacción de igual fuerza a la provocada. Creo que hoy hemos visto que fuera de la física esto también sucede. Mourinho se valió de una frase que Guardiola no había dicho para desencadenar una reacción en cadena que nadie sabe donde va a parar.

Y todo por esta frase : "un línier con buena vista pitó un fuera de juego por centímetros" ¿Alguien me puede explicar donde reside la crítica a la decisión correcta de Undiano Mallenco en la final de Copa? Es obvio que Guardiola se refiere a que los partidos grandes los marcan pequeños detalles, como por ejemplo que Pedro hubiese arrancado una fracción de segundo más tarde o que un jugador del Madrid estuviera inclinado hacia atrás. Sin embargo alguien hizo creer primero a Sergio Ramos (cosa bastante fácil dicho sea de paso) y a Mourinho (que solo es comprensible como estrategia de ataque) que Guardiola había dicho que el gol ilegal estaba mal anulado. Y me pregunto ¿es necesario que se manipule las palabras o basta solo con coger lo que dijo, escucharlo por uno mismo y no abrir guerras de declaraciones que no llevan a nada bueno?

Leía por twitter que hay que aplaudir a Mourinho porqué sus ruedas de prensa son tan importante como los partidos que juega, para ver que ataque lanza. Yo lo siento, como aficionado al fútbol que soy, me interesa mucho más lo que pasa en el campo que el calentamiento de los partidos desde fuera. Que la prensa esté más pendiente de Mou que del juego me parece poco profesional, cavernícola y palmero. Exactamente lo mismo cuando es Guardiola quien despierta más interés que su equipo.

Hemos llegado a un punto que las noticias son la declaración y se sigue con más fervor a quien defiende aquella declaración que al jugador que marca un gol decisivo. Apenas se habla de Iniesta, de Khedira, de Carvalho que no van a jugar; se habla de Ovrebo, de Benquerença... ¡que pintan estos dos!

Apuntado esto, me encanta el cambio de ritmo de Guardiola. A Pep lo han metido en una guerra que él no quería jugar y hasta ahora había toreado con solvencia todos los ataques. Tan solo ha perdido los papeles dos veces y las dos cuando se le ha tratado de mentiroso. ¿Recuerdan en rueda de prensa cuando dijo que el árbitro mentía en el acta? Y ahora, que se le ha puesto palabras en su boca que no ha dicho (otro diez por Sergio Ramos, tras cargarse la Copa y pedir un partido limpio). Hay veces que para ganar una guerra tienes que ser capaz de utilizar las mismas armas que tu rival, en este caso el ataque frontal. Guardiola lo sabía utilizar de jugador (San Mamés, defendiendo a Mou de Luis Fernández) y lo sabe utilizar de entrenador. Por eso le aplaudo, por que es capaz de sacar su artillería cuando hace falta y causar impacto, que al fin y al cabo, es cuando deberían ser noticia las declaraciones, cuando se salen de lo normal.

Sin embargo, vistas las dos ruedas de prensa, hay un matiz. Mou apenas habla del partido de mañana y Guardiola no para de repetir que en la sala de prensa pierde, pero que donde de verdad se gana es en el terreno de juego.

La previa de la ida ha sido caliente, demasiado, y un resultado ajustado hará que la vuelta lo sea aun más. Y esto pasa porqué le pese a quien le pese, Mou no salva la temporada ganando la Copa. Si el Barça le gana la Liga y le deja fuera de Champions (más allá de que la gane o no), las dos últimas inversiones millonarias de Florentino no pueden traer solo una Copa cada dos años, por mucho que se la ganes al mejor equipo que yo haya visto nunca jugar.

jueves, 21 de abril de 2011

A mi no me gustó la final

Los momentos decisivos acaban siendo lo que marca los resultados. Al fin y al cabo los partidos de fútbol acaban siendo un abanico no de momentos decisivos e instantes estelares que acaban determinando un resultado final. El partido de ayer será recordado como uno de esos partidos con un instante celestial. Pero ¿Qué hay antes, después y durante ese instante? Yo vi excesivo fútbol subterráneo que de haberlo hecho cualquier otro equipo sería puesto en duda y criticado. ¿Os imagináis que Holanda gana el Mundial jugando así?

¿Jugamos a fútbol?
De las declaraciones de Xavi Hernández se extra esta pregunta. Los primeros minutos de partido mostraron dos equipos completamente opuestos; más si cabe que el sábado pasado. El Madrid prescindió de delantero centro y adelantó las líneas de presión mientras que el Barça siguió el guión prevista, el mismo que los últimos 3 años. Sin embargo la presión asfixiante combinada con la falta de clarividencia de los centrocampistas azulgranas dio alas a un Madrid más parecido al Inter de Milán de la temporada pasada o a la selección Orange este mundial.

No le llames intensidad, llámalo agresividad
Algunas de las grandes plumillas, o ordenadores como les llama Mourinho, hablan hoy de la gran intensidad del equipo de Mourinho. Sin embargo, yo hablaría de agresividad. Pepe pisó el tobillo de Messi en una acción que no valió ni tarjeta amarilla; meses antes la misma jugada costó a Ufjalusi una roja y dos partidos de sanción. Arbeloa, pisó a Villa ya en el suelo. Además, no cabe olvidar el seguido de acciones violentas de Pepe que contrastan con las entradas de Alonso. Pepe iba a romper tobillos; Xabi Alonso hizo una entrada por detrás para derribar a Messi barriéndole no doblándole el tobillo. Además, las reiteradas protestas al colegiado fueron de órdago. Una amarilla hubiese frenado las airadas protestas de los jugadores, algo que es lo contrario al fair-play.

Velocidad, acción y pegada
Lo dicho más arriba no puede empañar las virtudes de un Madrid que se ha convertido en maestro del contragolpe. En posesiones menores al 25%, el equipo de Mourinho jugaba con extrema velocidad de contragolpe. Dicho sea, tales virtudes de ataque aprovechándose de la mermada defensa azulgrana les valió para un único remate entre palos con peligro. Di Maria y Ozil me recordaron mucho a Eto’o y Pandev en la semi finales de Champions del año pasado. Mourinho utilizó un sistema clónico al que empleó en San Siro, en la idea de las semifinales.

Salvados por la campana
La media parte sirvió para que Guardiola aleccionara a sus jugadores. El descanso sirvió para que el Madrid cogiera aire, pues el correr dos partidos seguidos detrás de un balón desgasta. Un primer tiempo huérfano de ocasiones de gol y que el Madrid pudo ganar a los puntos. Y digo pudo, pues hubo un remate con mucho peligro y un 25 % de posesión lo que me plantea la siguiente duda. ¿Os imagináis un partido de fútbol con dos equipos que no quieran tener el balón? Algo surrealista ciertamente. Ah! Sigo diciendo, el Madrid jugó igual de bien o igual de mal que Holanda y Pepe sigue siendo un clon de Nigel De Jong; héroe uno villano el otro. Los paradigmas de las dos barras de medir.
  
Volviendo al origen
El segundo tiempo fue un fiel reflejo de lo que es el Barça esta temporada. Velocidad, toque, toque y acción. El físico de los jugadores azulgrana mengua por momentos, una temporada sin descanso acaba pasando factura. Los azulgrana siguieron su guión previsto y no dejaron alternativa al Madrid que, desfondado, no tenía fuerzas ni para contragolpear. Casillas paró tres o cuatro balones, a lo que algunos lo han calificado de nuevo como El Santo y para mi son balones que cualquier portero de primer nivel debe detener. Como el que detuvo Pinto en tiempo de descuento. El Barça toca y ataca, el Madrid defiende y apenas contragolpea.

Una prórroga distinta
El colapso psicológico del Barça llegó en la prórroga. Una segunda parte de película candidata al óscar (que no ganadora) sirvió para que el Madrid creciera en su bastión defensivo y el Barça se quedara sin argumentos; por el corto de su plantilla, por el parecido de sus reservas y por la falta de un plan B. La guerra de guerrillas de Mourinho dio su efecto y en una salida de la cueva, una pared de ensueño acabó con el balón en la cabeza de Cristiano Ronaldo que no falló. El portugués empieza a rendir en los momentos clave, algo que yo siempre le había criticado. ¿La segunda parte? Apenas se jugó: lesiones, rampas y más permisividad arbitral. Todos los que vieron el partido desde el campo, vuélvanlo a ver en el televisor a ver que piensan del arbitraje de Undiano.

Mis conclusiones
El partido me refleja dos cosas muy concretas. Mourinho sabe parar al Barça cuando éste no está al cien por cien y que la plantilla azulgrana precisa de un plan B como el comer. Los jugadores de Mourinho son mejores que los de la Holanda de Van Marwijk y de ahí la diferencia de los resultados pero el libro de ruta es el mismo. Criticado el holandés, alabado el portugués; no pido objetividad, pues no existe pero un mínimo de coherencia en las opiniones es imprescindible. Desde Barcelona, me preocupa la falta de plan B que tiene Guardiola. La perseverancia de ese equipo es admirable, pero hay momentos en la vida que un reajuste a tiempo puede salvar un partido, un título y una temporada. Afellay no es un plan B válido cuyo fichaje cada día entiendo menos. ¿Qué pasa con Tiago? A falta de espacios y chispa de los peloteros, él podía dar salida a los dos problemas. El miércoles más y yo espero que mejor.

No me gustan los partidos en que jugadores de fútbol parecen de rugby, léase Arbeloa, futuro jugador de la USAP de Perpinyà.

viernes, 15 de abril de 2011

Los nuevos habitantes del Olimpo

Los deportistas en general y el fútbol en particular han sido focos incesantes de creación de iconos mediáticos, públicos y que han adquirido el fenómeno fan, hasta hace poco reservado a las estrellas de la música. Leo Mecí, la última de estas estrellas rompe con los típicos tópicos asociados a estos personajes y junto a un juego de palabras con su nombre se le apoda “el Mesías”, el salvador con el cual el Barça confía ganar los partidos ante el Madrid que nos esperan en el siguiente mes. Ya lo vio así la firma de ropa A-STYLE, que en su campaña publicitaria del invierno del 2008, presentaba a Leo en su página web levitando, y con los brazos en cruz. Pero… ¿donde empieza este poder casi bíblico de los deportistas? 
            
Girando la vista atrás, el primer deportista que tiene dotes casi celestiales es Ricardo Zampora, apodado “el Divino” y que en su tiempo creó una controversia similiar al caso Figo, en el que una disputa por el aumento de su ficha acabó con el portero fuera del Barça y jugando primero en el Espanyol (equipo que le había visto debutar) y después con su traspaso al Real Madrid, que pagó 100.000 pesetas de la época (era el año 1930) y le garantizó una ficha de 40.000 pesetas por temporada, una auténtica barbaridad por ser los años de la Gran Depresión. Pero este caso no deja de ser un pequeño esbozo de lo que acabarían suponiendo los deportistas de alto nivel.
Si hablamos de deportistas que, en este aspecto, hayan generado millones de dólares, hayan arrastrado masas y se les haya considerado auténticos Dioses, hay que hablar de Michael Jordan; considerado el mejor deportista de todos los tiempos. El jugador de los Bulls, capaz de aglutinar elogios de rivales y amigos, fue el primero en tener una firma propia de ropa (Air Jorda, dentro de Niké) y ser líder en ingresos publicitarios. Para hacernos una ligera idea, la temporada 2001-2002, en la que volvió a las canchas de baloncesto con los Washington Wizards tras estar tres temporadas retirado, ingresó un total 62.365.000 dólares solo en publicidad, prueba inequívoca que Jordan ha superado la barrera de deportista que marca una época para passar a ser eterno en la memoria popular. Larry Bird, el mítico jugador de los Celtics, al terminar un partido de los play off que les enfrentó y en el que Jordan anotó un total de 63 puntos, récord en esa fase de la NBA, dijo "God Disguised as Michael Jordan" (Dios se ha disfrazado de Michael Jordan).

Pero la endiosación tiene un nombre, Diego Armando Maradona. Ya en su primera época de jugador y en especial tras sus míticos goles en la semi final del Mundial de México 86, llamado el primero “la mano de Dios”, o en el segundo, en el que los argentinos vieron consumada su venganza enfrente Inglaterra por la derrota militar en las Islas Malvinas, reflejado en los comentarios del narrador del partido: “todo el pueblo argentino grita a puño cerrado” o “gracias Dios por el fútbol, gracias Dios por Maradona y por este Argentina 2 Inglaterra 0”. La culminación a la conversión llega el año 98, cuando se funda la Iglesia Maradoniana. Vista inicialmente como una auténtica excentridad, hoy en día cuenta con fieles por todo el mundo y varias parroquias como las de Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata o Córdoba (en Argentina); Madrid y Barcelona (en España) o la de Montevideo (Uruguay). Digno de estudio más teniendo en cuenta la controvertida vida de Diego.  

La historia demuestra que son pocos los privilegiados que la afición acaba convirtiéndoles en Dioses, que un país los toma como parte de su historia, que congregan a las masas más allá del color de sus banderas y porqué no decirlo, en el que sus ingresos publicitarios acaban siendo dignos de las deidades que acompañaban a Zeus en el Monte Olimpo durante la época de la Grecia Clásica. 

domingo, 3 de abril de 2011

Los cambios de tendencia

En esta vida siempre té acabas dando cuenta que hay muchas personas que no son números 1 de nada, pero acaban teniendo un efecto multiplicador para todo aquel que tienen cerca. Como yo las llamo, son los cambiadores de tendencia. El deporte, como parte de la vida, no se escapa a esta situación.

Lo vimos los últimos 15 días. Y hoy no hablaré de fútbol (o sólo de fútbol) si no que lo haré de baloncesto. Analizando fríamente la serie entre el Barça y el Panathinaikos, lo que eché de menos era eso, los cambiadores de tendencia que este año no tienen los azulgrana; Pete Mickael y Gianluca Basile.

La serie mostró su gran importancia, pues, empezando por el italiano, su sustituto no ha logrado que en cada partido nos hayamos olvidado de Basso. Gianluca es capaz de cambiar la dinámica de un partido desde la defensa, con una intensidad impropia de un hombre que pasa de largo la treintena. Ingles, muy joven, tuvo apariciones testimoniales, demasiado poco para ganar a una de las plantillas más potentes del viejo continente. Además, el perímetro azulgrana necesitó de los triples imposibles de Basso, que, como ayer leí de Xabi Alonso, es un jugador que sube su cotización cuando no juego más que cuando juega.

Y el segundo de ellos, Pete Mickael. Este jugador me enamoró en la final de ACB que gana el antiguo Tau, con él de MVP si mal no recuerdo. Un jugador que logra aglutinar la presión en sus espaldas y que nunca le tiembla el pulso. Además, una de sus frases me caló en lo más hondo nada más escucharla “presión es estar en la calle, saber que te pueden matar, ver morir a tus amigos, la cárcel, ¡eso es presión! El baloncesto es un juego de niños”.  Anderson, al que no quiero criticar, tiene uno de los mejores unos contra uno del viejo continente, una capacidad para anotar muy grande y para ejecutar órdenes muy buena, pero no es un cambiador de tendencias.

El Barça, con Navarro perfectamente defendido y lesionado, no encontró a nadie que jugara el papel de éstos dos hombres, lesionados durante toda la temporada y a los que se ha echado mucho de menos. No hablaré de fundamentos de baloncesto, no tengo ni idea, pero si veo que la diferencia entre Mickael y Basso respecto a Anderson e Ingles no es de talento, pues los dos últimos de eso andan sobrados, es de cabeza, es de presión y en definitiva es de cambiar las tendencias de los partidos.

No puedo acabar sin hacer una referencia al fútbol, y ayer que la tercera liga de la era Guardiola se puso de cara y la que puede ser la quinta de los últimos siete años, no quiero olvidarme de quien cambió esta tendencia. Un chico feo, de dientes grandes, sonrisa encomiable, con una gran R colgando en el cuello y que venía de no ganar nada en Francia (pero con un Mundial en su palmarés). Sí, hablo de Ronaldinho, el hombre que logró que el círculo virtuoso empezara a girar.